Las organizaciones, como las personas, evolucionan a lo largo de su vida, y con ellas sus necesidades de comunicación. Por ello, una marca no debería ser algo estático que únicamente de respuesta a un momento concreto, sino un sistema vivo capaz de adaptarse y acompañar estos procesos de transformación.
No hay una respuesta única a la pregunta de cuándo es el mejor momento para comenzar el rediseño de una marca, ya que cada etapa de la vida de una organización presenta sus propios retos a los que el diseño puede dar respuesta.
A lo largo de estos 15 años diseñando marcas, en Tropical hemos aprendido a reconocer ciertos momentos clave en los que una revisión de marca aporta claridad y dirección. A continuación, compartimos seis casos reales en los que hemos acompañado a nuestros clientes en estos desafíos.
1. Diseñar para aportar significado y coherencia
A veces, los elementos de comunicación se acumulan sin un hilo conductor por la sucesión de decisiones aisladas, urgencias del día a día o cambios en la estructura de negocio. Un rediseño estratégico permite poner orden, conectar las piezas y alinear lo que dices con lo que realmente eres.

En el caso de Originia Foods, diseñamos un sistema visual que unifica la voz de las distintas empresas agroalimentarias del Grupo Samca, que hasta entonces funcionaban con identidades y estrategias independientes. El rediseño permite a la marca comunicar su porfolio comercial como un conjunto coherente, donde cada familia de productos tiene su propia identidad, pero todas conviven dentro de un mismo universo visual.
2. Diseñar para impulsar el crecimiento
Toda organización llega a un punto en el que necesita ir más allá: nuevos públicos, nuevos territorios, nuevos retos… Contar con herramientas de comunicación a la altura de ese momento es clave para crecer con confianza y solidez.

Un ejemplo de este momento es Beonchip, empresa de biotecnología a la que acompañamos durante su proceso de expansión internacional. Con una nueva identidad de marca, diseñada para generar confianza en nuevos mercados, conseguimos aportar coherencia a todos los elementos de comunicación que respaldan su nueva estrategia comercial.
3. Diseñar para comunicar hacia dentro
Una marca clara y coherente también fortalece la cultura interna y alinea a las personas que forman parte del proyecto. Saber qué se hace y por qué se hace es parte de la identidad.

El equipo de SDA (Servicios Digitales de Aragón) es el encargado de diseñar mejores servicios públicos para el Gobierno de Aragón, un trabajo que implica a muchos equipos dentro de la Administración. Al abordar el diseño de su marca, uno de los principales retos fue crear un sistema de comunicación que les permita compartir de forma abierta sus métodos y resultados y, al mismo tiempo, contagiar sus principios a todos los equipos implicados.
4. Diseñar para profesionalizar la comunicación
En las primeras etapas de una marca su identidad no siempre es una prioridad. Cuando el proyecto crece, también crecen las expectativas. Una marca con acabado amateur puede limitar su alcance y restar credibilidad.

El caso de Bitbrain es representativo de muchas startups, donde la necesidad de construir una estrategia de marca sólida surge como parte de su proceso de madurez como empresa. El trabajo implicó rediseñar por completo su identidad visual, la arquitectura de sus servicios y todas sus herramientas de comunicación, tanto impresas como digitales.
5. Diseñar para diferenciarse
Si un producto o servicio es valioso pero no lo parece, se pierde su potencial comercial. El diseño cuenta qué hace única una propuesta y facilita la comunicación allí donde están sus clientes potenciales.

En un sector tan homogéneo como el del jamón y los curados, donde lo habitual es un posicionamiento tradicional, la propuesta para la nueva marca de Andrés Izquierdo rompe con los códigos del segmento desde el propio naming. Jamón Ja es una propuesta icónica que muestra la esencia del producto y lo posiciona como una opción sofisticada y contemporánea dentro del mercado.
6. Diseñar para actualizar su percepción
No se trata de seguir modas, sino de mantener una imagen que refleje que una organización está viva, conectada con el presente y consciente de los desafíos a los que se enfrenta.

La renovación de la marca de Fundación Dfa no solo actualiza una identidad visual anticuada y poco aplicable en los nuevos entornos digitales, también transforma sus herramientas de comunicación para acercarlas a sus usuarios y hacerlas más amigables y accesibles.